domingo, 9 de junio de 2013

Giovanni mefisto

Era un viernes si mal no recuerdo; como en el año 1998, estaba de alcalde el gomelito del Peñaloza, en fin, fue el día en que nos desalojaron de lo que para nosotros los ñeros era nuestro hogar, me refiero a la calle del cartucho, quisque la calle más peligrosa de Bogotá y quisque de Latinoamerica ah? Qué tal esta, pero que va hay otros sitios más peligrosos donde hasta pululan las ratas, y de cuello blanco. Pero bueno, les sigo contando, el día ese del desalojo yo estaba en mi carro de balineras echándome un maduro o sea un cacho de marihuana mezclado con bazuco, que traba tan aspera parcero la que tenía, cuando, juemadre, empecé a escuchar una algarabía ni la hijueputa, mario mario, empezó a gritar lechuza, los tombos ñero los tombos, pero pailas no nos dieron ni tiempo de correr. Sí estaba un poco paniquiado pero estaba pilotiando la vuelta sí pilla, lo único que escuchaba era un man de un megáfono que decía algo como tranquilisesen que somos de la alcaldía, que los vamos a reubicar, que tal y pascual, en fin, ese día venían unas quisque trabajadoras sociales, y unos pirobos que eran quisque sociólogos o algo así. La algarabía era reaspera, había resto de tombos, yo sí había escuchado que iban a acabar como fuera con el cartucho, incluso, unos días antes, el mismo día que se posesionó el paraco ese del Uribe cayó un rocket que mato como a 16 ñeritos, menos mal yo ese día estaba en cinco huecos o si no hubiera sido un susto muy gonorrea, en despúes nos enteramos que había sido un rocket enviado por la guerrilla al palacio presidencial, pero bueno les sigo contando, en medio del zafarrancho yo lo único que pensé fue en abrirme como fuera de ahí, que reubicación ni que mierda, toco fue coger pal Bronx, eso queda ahí detrás del batallón Ayacucho sí pilla, entonces fue cuando escuché un grito que a lo bien me hizo poner como dicen “la piel de gallina” y qué hice, pues uno de sapo quiere meter las narices en todo, pues me fui pa donde había escuchado el grito que les dije, cuando me acerque había un poco de gente alrededor de una vieja horrible, desgreñada, asquerosa, sucia; imagínese, si yo ando sucio y todo, como estaría esa vieja pa yo decir que estaba asquerosa y sucia, pero bueno le sigo contando, la vieja esta que parecía como sacada de una película de esas del exorcista tenía debajo de unos harapos asquerosísimos un niño o niña, creo que una niña a juzgar por lo que gritaba de manera tan desgarradora, que era algo como -mi hija, no me quiten a mi hija- , y habían junto a ella unos tombos y una trabajadora de la alcaldía, me imagino que una de esas trabajadoras sexuales, digo sociales, que le hablaba de llevar la niña a bienestar familiar temporalmente donde iba a recibir atención médica, alimentación, ecetera, estaban como dije tratando de convencer a la loca esa para entregara la niña que se movía debajo de los harapos. Pero nada, imposible, por más que le decían la vieja seguía ahí sentada, recostada contra la pared y agarraba antes con más fuerza la criatura esa a la cual parecía estar amamantando, si es que le salía algo de leche a la vieja esa. En ese momento me dio la pensadera porque aunque no lo crean yo quería estudiar filosofía en la Nacho, ese era mi sueño, entonces pensaba yo cómo podía una niña vivir en esas condiciones, también pensaba que lo mejor era que un sitio tan miserable y decadente como este se acabara. Pensaba en la desidia y la indiferencia de los gobernantes, en la Yazmín, un peladita de 12 años que le vendía su cuerpo a cualquier ñero por un bazuco, En Chinche, un niño de 9 años que robaba espejos en la caracas con decima, al frente del parque del voto Nacional y que murió hace una semana aquí, encima de sus propios orines, y abrazado a un tarro de pegante. Pensaba en estas y otras cosas cuando un grito aun mayor me sacó de mis filosóficos y existencialistas pensamientos, pues imaginesen la trabajadora social y los tombos habían decidido quitarle la niña a la fuerza a la loca esa, pero no fue fácil les tocó casi como entre cinco tombos, y en ese forcejeo estaban cuando a uno de los tombos se le ocurrió levantar el trapo que cubría a la niña, cuando de repente, y les juro que ya la traba se me había pasado, cuando de repente vi que una rata estaba royendo uno de los senos de esa horrible mujer quien al escuchar los gritos de los que allí se encontraban, soltó un grito aun más aterrador haciendo que la rata saltara y se metiera por una de las alcantarillas que se encontraba a pocos metros de allí.

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