martes, 28 de mayo de 2013

El Puma

N0 hay mucho que decir de mi, naci en Bogotá, tengo 26 años, me llamo José Luis Rodríguez y me dicen el Puma, vivo o mas bien vivía, arriba en el barrio aguas claras, digo Viví porque le echaron candado a mi pieza, ya eran dos meses, que debía, y bueno, al menos ya no tengo que evitar llegar temprano a mi casa, solo quien ha escondido por mucho tiempo algo, puede hacerse una imagen de cómo me siento, evitar hacer cualquier ruido, sentirse ladrón evitar ir al baño, tampoco era mucho lo que tenia, todo lo que poseo se reduce a una maleta, con un par de tenis, dos pantalones, un saco de los chicago Bulls, y un tarro de Gel, por lo demás, la cama era prestada y la cobija no cubría nada el frio, que baja en la madrugada, para decirle a uno, está solo, usted siempre esta solo
La Pieza era más una choza, yo tenía que meter por los espacios de la madera pedazos de periódicos de los de Carrefour, tenía un afiche del nacional y un calendario de hace como cinco años, nunca tuve nada, entonces no me apena perder nada, bueno si hay algo que me tiene rabón el tarro de gel estaba nuevo.

Doña Otilia es una anciana que tiene cinco hijos, los manes ya no viven en el barrio les dicen los burros y son cosa seria, ella hace el de sahumerio, todos los domingos, la casa se llena de humo con olor a eucalipto y café, uno no puede hacer uso del baño, porque siempre está tapado, y la mierda flota, el agua tampoco sube, entonces uno se baña a totumadas, en el tanque, lo que si tenía propio la viejita, es que le da a uno tinto, rico con agua panela, y me dice, no se baya sin tomar tragos, no camine descalzo, no entre a una pieza que lleve mucho tiempo cerrada, sin dejarla ventearse, cuídese del sereno, no se deje los pies mojados, y muchas cosas que la verdad lo hacen a uno sentirse como tranquilo, como importante para alguien, pero se canso y creo que aguanto más que mi Propia madre, así que todo bien, sin resentimientos.

Trabajo vendiendo hojas de eucalipto y flores, repartiendo publicidad de Carrefour, trabajo en lo que salga, en lo que caiga, no importa, me le mido a todo, yo he robado, jaloneado, he sido taquillero en la hoya que había en el puente, haya uno ve las Lucas allí, conseguí mi saco de los Chicagos Bulls, un Man lo dejo, por una papeleta, es que el vicio es cosa seria, menos mal yo lo he dejado, por temporadas, porque también me he dado garra, lo que pasa, es que a veces uno dice voy a parrar, y es como si cogiera impulso, y me voy con toda, otras veces uno si para enserio, a mi me paso algo muy triste, algo que no me deja estar tranquilo, algo que sembró una tristeza infinita en mi alma, por eso no hecho más pegante.

Sucedió que una noche del año pasado, durante la época del invierno, yo estaba viviendo con una nena, Marisol, se llamaba, ella era propia conmigo, me decía, no Marica, no se de tan duro, bajele al basuko vea como esta de flaco y cochino, y esos dientes todos pichos, ella se preocupaba por mi, trabajaba en un restaurante de abastos y me llegaba siempre con algo de comer, servido con amor, sin envidias, legal, a veces galeabamos juntos, y veíamos cosas hermosas, la luna llena era mágica, parecía una oblea gigante llena de queso,  la noche era cálida, hermosa, misteriosa, no había videos feos, eran fantasías con ese color, cálido de recuerdo como el de las películas de Cantinflas,   pero entonces la chamita de la Mujer se ponía a llorar, y nos aterrizaba, Marisol, temía que le quitaran otro hijito, entonces terminábamos todos paniqueados, rezando juntos que si se nos pasaba rápido íbamos a dejar de meter vicio.

Lo paila y es que en mi vida siempre pasa algo paila,  paila las mañanas, paila los recuerdos, paila mi mama, paila, paila,  por eso me asustan los momentos felices, porque después la vida se da garra conmigo y me da duro, duro, duro, como diciéndome vea pirobo, eso le pasa, por eso no me amaño, no creo, no espero, pero con Marisol era diferente, de verdad era diferente, con decir que ella saco un préstamo y me mando a arreglar toda la dentadura, me veía una chimba, pero esa noche de lluvias, esa noche que no se olvida el barrio ramaajal, Dios  se dio garra, no era suficiente ser pobres, no era suficiente aguantar hambre, no era suficiente no tener, no ser, llovió y llovió, y las putas tejas no aguantaron, y comenzó a llover por dentro, nosotros estábamos muy asustados, ella cargaba a su niñita hermosa, y yo comencé a galear, pa jodernos más la niña tosa y tosa, y la mujer llore que llore, a la niña le dio fiebre, yo le dije pere, que ya va a parar, y las tape con un plástico, pero seguía lloviendo una gorronea, como si el cielo fueran gotas de ángeles suicidas, yo me fui en el video, y escuchaba las gotas como si yo fuera un grano de maíz pira, en una hoya gigante, y entonces estallaba, pero era una chimba de paloma, entonces yo cogía a la niña y a su mama y me las llevaba para un lugar donde no llovía, y hacia calor.

De repente se vino la casa de arriba, la tierra de arriba, el barro, de estos barrios de mierda, barrios de nosotros los pobres, donde siempre están lejos, siempre están llenos los colectivos, se vino encima, la tienda de doña Flor, y los roscones que no podíamos comprar, se vino encima el televisor plasma de la cucha de la droguería, se vino encima los postes de luz, sin luz, se vino encima las ropas tendidas en cuerdas al viento, se vino encima los mercados de familias en acción, se vino encima los recibos sin pagar, se vino encima una imagen del niño Dios, y allí quedo, Marisol y su Hijita, dos flores de esperanza, enterradas entre la mierda de vida que nos toco a nosotros.

Eso salió por el periódico, pero a nadie le importo, lo único que decían era que eso pasa por vivir en lotes ilegales, Yo seguí mi vida, solo, triste, ni los dientes me quedaron, porque hace quince días, los hijueputas tombos me vieron vendiendo pitazos de bazuco y como alcance a botar la papeleta y la pipa, y los deje sanos, los manes me cascaron, me dieron con lo que su sucia humanidad les permite, me dieron, me reventaron, me rompieron los dientes, y yo lloraba, lloraba, ellos reían, yo lloraba esta vida, lloraba por la chamita, lloraba por la mujer, lloraba porque la puta casa no cayó encima mío..

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